viernes, 25 de diciembre de 2015



ANOCHE NO FUE NOCHEBUENA.


No: Anoche no fue Nochebuena. Al menos para nosotros, no lo fue. Fue una noche de tensión, de mucha tensión; de soledad; de pareja en habitaciones separadas. Tú me dijiste: "Si no te cuidas, no tendré piedad contigo. Ya lo sabes, sabes qué quiero decir..."
Y yo decidí cuidarme, pero con todas, o casi todas las consecuencias: Sí, me cuidaré, pero si tú no lo haces también, yo seré inflexible. Y digo inflexible, porque es lo que reconoces haber dicho, aunque consientas en que no te acuerdas de ello. Y los dos sabemos qué querías decir con lo de la piedad. Lo he vivido numerosas veces en mis carnes. No ha de pasar de nuevo. Aunque yo lleve una parte importante de razón, no he de mantenerme inmóvil. He de ser flexible. Pero respecto a tu propio cuidado ¿He de ser flexible, amoroso o cariñoso sin más? Siento en este momento -reconozco estar ofuscado-, que no. Aunque sea algo temporal. Pero no. Lo que queremos para los demás, a lo mejor lo estamos pidiendo para nosotros mismos. Y la realidad es que tú no te cuidas. Hace muchos años -desde antes de conocerte- que tú no te cuidas. Quizá nunca lo has hecho. No han sabido enseñártelo, o tú aprender a quererte, a amarte (Como creo yo que voy amándome, estaba haciéndolo o iba en camino de ello). 
Sé que hasta cierto punto -no del todo, no tan radicalmente- estoy utilizando la lógica del Calígula de Camus, del que recomiendo encarecidamente su lectura. Pero, ante un mundo caprichoso, voluble, intercambiable, superficial, el mundo de la irresponsabilidad, un mundo en el que no cabe la seriedad ni la responsabilidad en la palabra dada (es una de las características de nuestro tiempo, somos muy modernos todos...), no queda otra.





Sois más Ulises que Aquiles. Pertenecéis a la Odisea, pero una Odisea dentro de la guerra, de una guerra solapada que sufren sólo los pobres, los no desarrollados económicamente. Cuando la sufre el primer mundo, lo poco padecido es magnificado como "La mayor tragedia de los últimos tiempos, en este maravilloso país". Somos más Ulises. Pero a Ulises sus engaños también le hacen ir por caminos mágicos, extraños, de aventura, y ha de asumir lo hecho con responsabilidad. He de terminar de leerla, como leí la Ilíada, y no hablar por referencias. Me interesa. Quizá hoy tengo la lógica de Aquiles, pero en el mundo de Odiseo. 
Veremos qué resulta de todo esto. Seguiré viviendo. De momento, vuelvo a cuidarme de un modo más atento. Y aunque la represión nunca me vino bien -nunca viene bien a nadie, creo yo-, acepto esta cortapisa como un ejercicio, como una experiencia, quizá algo provisional, pero sin fecha de término, sine die. Veremos.
De momento, espero volver a jugar si hay que jugar, y mantenerme serio si hay que hacerlo. Seré femenino y masculino a un tiempo. Racional y emocional, al unísono. Es el camino, de momento, creo yo. Sí, sigo leyendo, entre otras cosas, a Osho. Luego viene el estado meditativo, al que hay que llegar por medio de... Sí, habéis acertado: de la meditación, superando los estados de razón y de emoción.
Sea.

lunes, 21 de diciembre de 2015


A VOSOTROS ME DIRIJO


Vida Secreta, álbum de Toti Soler que descubro. Una paz, una serenidad y una belleza que me van envolviendo. Gracias Dios o Universo, que me colmas de felicidad y de paz en este momento de la vida. Todo lo anterior era necesario, pero todo va cobrando, ahora, sentido. Todo el sufrimiento de antaño fue para llegar a esto, para valorarlo, para aprender como he aprendido, para hacerme -como me he hecho-: más humano. Gracias, vida, por haberme dado tanto...




...Nada ansío. Todo poseo. Todo lo he de compartir: mis bienes, mis alegrías, regalar mi amor, mi trabajo... Yo ya tengo lo que necesitaba. Pero hay muchos que realmente necesitan, que son necesitados, que son infelices. Por ellos trabajo y canto...





...A ello quiero dedicar mi vida. A este tipo de cosas, para mí importantes. Es de lo poco que puedo hacer en este mundo -además de escribir y hacer arte-, que puede dejarme satisfecho, pleno. Ya no me basta con el estudio y la lectura (que sí que los quiero). Pero, sobre todo, me llena la ayuda, ya que la autoayuda acude a mí, la llevo a cabo día a día. Ahora vendrá, también, la ayuda. Entonces aparece una cuestión: El cómo. Hay muchas formas de colaborar con el resto, por suerte hay muchas formas y campos. Seguiré reflexionando y formándome. Sin prisa, pero sin pausa. ¡Adelante!


              Caminante, son tus huellas
              el camino, y nada más;
              caminante, no hay camino,
              se hace camino al andar.
              Al andar se hace camino,
              y al volver la vista atrás
              se ve la senda que nunca
              se ha de volver a pisar.
              Caminante, no hay camino,
              sino estelas en la mar.


         Antonio Machado. "Proverbios y cantares". Campos de Castilla.
                                                      


sábado, 19 de diciembre de 2015



TODO ES DE COLOR

Escuchando a Lole y a Manuel comienzo a escribir. Hace unos momentos estaba leyendo un trocito de Bienestar Emocional de Osho. Dice que no hay que representar un papel, sino ser uno mismo, y además no reprimirse, no querer ser un santo tampoco, un santo reprimido, de los que dice que son enfermos mentales (esquizofrénicos).
No. No quiero reprimirme. Me gusta demasiado -nunca es demasiado- la libertad. Durante mucho tiempo me he reprimido, y he estado muy enfermo. Pero ya no, ya no me reprimo, o, más bien, estoy liberándome. No hablo ya del deber, del debería, sino del quiero, -y quiero todo- a todo quiero, lo amo todo. Nada ansío, nada ambiciono, porque todo lo tengo. Disfruto de la libertad, de la paz, del amor y quiero ser generoso con todos, dar amor, mostrar que hay camino, que todos lo tienen, que cualquier itinerario es parte de ese camino. Que hay atajos, carreteras, vericuetos, cañadas... Y que se puede ir de aquí para allá, hasta el lugar que se quiera y, finalmente, dirigirse hacia uno mismo. Que nunca es tarde. Siempre estamos a tiempo.
La infinitud nos ha sido regalada. No sufrir -que es ser libres y estar imbuidos del amor y la paz-, nos hace no perder el tiempo, ser por fin hombres y mujeres íntegr@s, enter@s, complet@s que crecen día a día, hora a hora, segundo a segundo, sin límites, sin fin. Y la fe, la creencia en ello, en nosotros mismos y en el otro, en los otros, esa fe, nos lleva a multiplicar por mil este crecimiento y esta libertad... Y ya no hay puertas en el campo. 
Os quiero, os amo. Y por ello deseo compartir con vosotros una relectura. Se trata de uno de los pasajes del comienzo de Las Ciudades Invisibles de Italo Calvino, en la traducción de Aurora Bernárdez, quien en vida fue compañera de Julio Cortázar.

Giulio Einaudi, 1972
Ediciones Minotauro, 1974 y 1983
Edhasa, 1983
Barcelona 1984



Las ciudades y la memoria. 2.

Al hombre que cabalga largamente por tierras selváticas le acomete el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isidora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracoles marinos, donde se fabrican según las reglas del arte largavistas y violines, donde cuando el forastero está indeciso entre dos mujeres encuentra siempre una tercera, donde las riñas de gallos degeneran en peleas sangrientas entre los apostadores. Pensaba en todas estas cosas cuando deseaba una ciudad. Isidora es, pues, la ciudad de sus sueños; con una diferencia. La ciudad soñada lo contenía joven; a Isidora llega a avanzada edad. En la plaza está la pequeña pared de los viejos que miran pasar la juventud; el hombre está sentado en fila con ellos. Los deseos son ya recuerdos.




miércoles, 16 de diciembre de 2015

Portada. Declaración de intenciones.




          EL REPORTERO DE LA CONSCIENCIA .TESTIMONIO DE UN DESPERTAR.



Mientras escucho el disco Come Away With Me, de Norah Jones, comienzo a rellenar este blog, como en el universo se crea el espacio y el tiempo tras el Big Bang; es decir: a partir de la nada...
De la nada, sí, pues yo, hasta hace poco era un don nadie. Y sólo después de recorrer tres cuartos de mi vida, a mis cincuenta y cuatro años y pico, sólo después de desvivirme durante cuarenta y un años, voy volviendo a ser yo. Es un reencuentro, el reencuentro de mí, que va llegando poco a poco. De ahí el título "De la reintegración..." al que frecuentemente, hasta que ésta se lleve a cabo, me referiré. Pues estoy en proceso, en camino.
Podría tener dudas, miedos, ansiedad... Pero lo que caracteriza mi estado actual es, más bien, la seguridad, la confianza, la esperanza plena en lo irreversible. Y aunque todo se truncase y nada volviera a ir bien, y de nuevo me viese abocado al abismo del infame, del abominable, del castrado, del públicamente vilipendiado, del individuo gris y desleído sin dignidad ni orgullo, y aún más características que irán saliendo, si todo esto pasase, volviera a ocurrir, si me invadiera de nuevo la desgracia sin remedio, el pozo sin fondo, la condena al deseo y la añoranza de lo imposible, y regresara mi cuerpo, mi mente y mi espíritu? a la impotencia irremediable, ya no me importaría, no me preocuparía, no tendría relevancia vital para mí; pues el hecho de haber renacido anula por completo, eternamente, la no creencia, y se instala la superación de una muerte a la que estuve condenado para siempre. Ya ni ella me da miedo.
No te temo Oh Muerte, pues eres ya una compañera más, un ser necesario, un paso más en la existencia.
Y, por hoy, basta. No quiero liar más la madeja de mi tiempo presente. Te amo, Oh vida, compañera del alma compañera, tú que me has probado como quien prueba un dulce postre con la dureza del más rígido crítico gastronómico -a mejor juez, peor castigo, que creo que se dice- Y ya veréis que todo esto me toca, todo tiene en mí sentido y explicación. 
Este blog es el testimonio de un despertar, que se está produciendo ahora, que  veréis en directo, del que tendréis cumplida noticia. Pues yo seré el reportero de mi propia vuelta a la consciencia; aún más, -estoy convencido-: a una auténtica y desarrollada y madura conciencia. Definitivamente, voy llegando a mi ser, voy siendo yo de nuevo, pero un yo crecido, y tengo mi esfuerzo puesto en el desarrollo personal propio y ajeno: Tanto si triunfo, como si no, me debo al otro, a los demás, a todo. Un viaje, una de cuyas estaciones soy yo, que recorre el Universo infinito.
Sea, pues.