sábado, 25 de marzo de 2017

La televisión ha muerto. Vivan los jóvenes poetas.

Los versos triunfan en las redes y en bares como Aleatorio, en Malasaña.
               Por Alfonso Blanco Sánchez.




La espera


Espero a Escandar Algeet. Hace meses, ni siquiera podía imaginar que viviría esta ocasión. Ni estaba preparado, ni conocía el mundo que su trabajo me ha ido descubriendo. Poeta afamado, organizador de acontecimientos culturales, a sus treinta y dos años es seguido apasionadamente por muchos jóvenes, aclamado en las redes sociales. Sentado en un local tranquilo, demasiado aséptico quizá para el torbellino vital de quien va venir, espero.


Había barajado la posibilidad de que nos encontrásemos en una terraza, pero temí las posibles interrupciones y saludos de tantos amigos y conocidos que debe de tener en Malasaña, ya que su actividad se focaliza en este barrio céntrico de Madrid. Espero impaciente, no por culpa suya, sino por haberme adelantado en mucho a la hora prefijada.


Como admirador de Cortázar que es, he supuesto que rechaza las citas muy precisas. Yo también las odio. Y así, se ha ido sucediendo un acercamiento progresivo que nos conducirá finalmente a lo que yo, alguien neófito en esto de la poesía, vivo últimamente como una experiencia personal espiritualmente enriquecedora, inmersa en un paraíso cultural, sin duda poético, que él ha creado a su imagen y semejanza, con mucho amor.


Ahora, lo único importante es que Escandar Algeet acuda, poder hablar sobre su persona y su bar, el edén al que me refiero, el Aleatorio, al que algunos califican de catedral de la poesía en Madrid.







Bienvenido


Llega un poco acalorado embutido en su eterno sombrero y la barba de varios días que le caracterizan. Deja sobre la mesa un libro que trata de política y globalización. Va a ser presentado en breve en su local, y me pide unos minutos para llevar allí, pues estamos a corta distancia, unos carteles para una próxima exposición.


Ha sido puntual, y ahora tarda poco en volver. Unos instantes para liar y fumarse un cigarrillo. Y ya definitivamente entra y se sienta. Estoy acabando mi té y él pide un café doble. Comienza su intensa jornada de trabajo.


Hoy se presenta en Aleatorio la revista Violeta. Van a recitar con motivo de esta muestra algunos poetas, como Leo Zelada, un peruano seriamente contestatario, underground, ciberpunk, muy versado, con una obra muy hecha, madura, que integra tradición indígena, habitual recitador en este local. Enemigo de la poesía instituida, apoltronada, concluye uno de sus poemas diciendo, más o menos, que un poeta puede llegar a ser cualquier hombre, pero no cualquier hombre puede llegar a ser poeta.


Relato a Escandar mi descubrimiento reciente del bar Aleatorio, de la pasión con que describo este garito a quien quiere escucharme.


Vida y obra. El bar.


Escandar Algeet nace en Palencia,  en el año de la muerte de Julio Cortázar, 1984, año mítico, literario. Se interesó por la poesía y por la lectura gracias a la influencia de su hermana. A los dieciocho se marcha a Ponferrada a estudiar cine. Tres años después deposita su cuerpo  y su alma en Madrid. Comenzó trabajando en hostelería. Enseguida editó junto a varios amigos una revista, y al poco se vio haciéndola él solo. Con ella bajo el brazo llegó al Bukowski, el bar poético de Carlos Salem, su entrañable amigo, poeta, periodista, escritor y showman, donde trabajó, comenzando a leer allí sus textos. Aquí se formó. Dice que todo aquel que trabaja en hostelería proyecta mentalmente su propio local. Aleatorio, -parafraseando a Italo Calvino-, sería el bar de sus sueños, con una diferencia: él lo imaginaba muy joven, con veinte años, sin experiencia. Actualmente, casi a la edad de Cristo, si bien celebra no haber sufrido muchos reveses en su existencia, vive el garito y su ambiente, sin duda, mucho más hecho que entonces, con la misma sed de crecer y con varios libros publicados. El primero de ellos, Alas de Mar y Prosa, va por la quinta edición. Marcus Versus y la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker apostaron por él. Y no se equivocaron.


A pesar de su vida ajetreada su habla es pausada, reflexiva, mima las palabras, las acuna. Un amor muy importante en su vida, ya roto, inspiró versos muy bellos, abiertos, sinceros, auténticos, honestos, de un sexo y un deseo diáfanos, nada ñoños, que hacen las delicias de tantxs. Un lapsus achacable a mí: pregunto por su hija. No tiene hijos, aclara, pero si los buscase, elegiría a esta mujer como madre. “Es verdad: no somos ya pareja, pero hay tanta gente que se casa y se separa a los dos años…”


Escandar heredó su nombre y su apellido de su abuelo paterno, nacido en Siria, por quien siente admiración y respeto, porque por él vio a su padre ocupar el lugar del hijo. Su abuelo es el humus de donde beben sus raíces, a través del tronco paterno. El casi centenario árbol murió, aunque nunca caerá a su vista. Pero esta desaparición le anuncia que los siguientes entierros, es ley de vida, serán los de sus padres. Le digo que la vida da muchas vueltas, que todos nos vamos, que ignoramos cuándo, y asiente cuando añado que, por ello, hemos de aprovechar todos los momentos de nuestra vida.


Su padre emigró cuando aún no se entreveía la guerra civil que sufre actualmente el pueblo sirio. Así, Escandar nacerá en Palencia. En 2005, ya en su juventud, viajará a Siria, tierra de sus antepasados, periplo del que se conservan y difunden vídeos que filmó con maestría, cariño y respeto, dados su carácter y su condición de cineasta, profesión para la que se formó en Ponferrada.


Aleatorio tiene carácter. Pero no es único.


Su negocio, el bar que ocupa una gran parte de su dedicación, fue levantado junto a varios socios. Esta semana están celebrando el tercer aniversario de su apertura con una programación especial. Habitualmente, cuenta con la compañía imprescindible de Carlos Salem dirigiendo las Jam, que se daban ya en el desaparecido Bukowski, y consisten en un micrófono libre y abierto a todo aquel que quiera recitar o leer poemas propios, y un atril. Por único decorado, un rayo  de luces que aparece y desaparece, y un letrero con el nombre del local. Un techo que es espejo, que es tierra que es cielo. Y ya está. No hay tarima a la que subirse. Todos estamos allí al mismo nivel. No hay jerarquías, ni siquiera espaciales, pirámides de poder que Escandar rechaza explícitamente. Esta superación de la violencia, se manifiesta en la acogida cálida y el respeto que se dispensa a todo aquel que se acerca allí o prueba a declamar su sentir, su inquietud. La condición es que se trate de textos propios. En todos los casos el público escucha con interés. Es entregado y atento. Con una madurez sorprendente ante la poesía. Más que público son personas, cada una con su devenir, su bagaje, que allá confluyen en una pasión compartida. En Aleatorio, del mismo modo que la presente celebración, todo se debe de vivir así: como una fiesta. Durante estos años se han hecho y se siguen haciendo presentaciones de libros y revistas, microteatro, que es representado los domingos en varias sesiones, recitales monográficos o a cuatro manos… Destacable es la lectura íntegra del libro Rayuela, de Julio Cortázar, que se hizo en 2014, en el centenario de su nacimiento, durante una sola jornada.


Desdiciendo a algunos, creo que la afluencia de las redes y la informática a nuestro mundo, motiva que muchos jóvenes ahora lean. Y más que antes. Con otra forma de leer, pero vaya que si lo hacen... Y escuchan, recitan, escriben. Pues la poesía ha calado entre ellos con gran fuerza. Y el fenómeno de las Jams, que se dan ya en otros bares de Madrid como Vergüenza Ajena, los jueves, o El Dinosaurio, los domingos, adquiere renombre y altura los miércoles en el bar de Escandar.


Pero a Aleatorio no sólo van jóvenes, sino gente de todas las edades. Éste es uno de los empeños de Escandar: romper la brecha entre generaciones, trascender la suficiencia que creen tener los mayores frente al menos experimentado, y la falta de respeto en que puede incurrir a veces el joven ante el viejo. Escandar defiende que en todos los casos la amistad es posible. La edad no es importante... Me aproximo lo más que puedo a su palabra, producto de la atención y el interés que en mí despierta, con un cuidado tan extremo que he desechado el uso de grabadora, por no alterar la intimidad cordial con que se desarrolla nuestro encuentro, en esta tarde-noche.


Aleatorio es un bar que, como su dueño, admira a Cortázar. A su entrada una rayuela hace de alfombra acogedora e invita a los juegos de palabras que tanto defendiera el autor de El Perseguidor.





La música y la letra


Aquí, el amor por la palabra es comparable al que se demuestra por la música. Pero una imprescindible mejora en la insonorización es lo que permitiría los conciertos en directo. A última hora me daría cuenta de una laguna importante: no pregunté a Escandar si escribe, como el autor argentino, al ritmo y el fraseo del Jazz, o de otro estilo musical. Estoy seguro de que es así: el ritmo que imprime, la similar ironía, las vueltas y revueltas que acarician al objeto tratado, me permiten sospecharlo al menos. Pero cuando veo y escucho los temas al alimón recitados por él y cantados por Pedro Pastor, estoy ya seguro de su afición por lo armónico, y entonces sí le hago ver que sus actuaciones conjuntas me recuerdan a las de Benedetti y Viglietti de años atrás. Sale a colación su amor por el poeta uruguayo: “Porque sin él, no estaría yo aquí” (en la poesía). Me aclarará luego que la dureza de Charles Bukowski quizá no es suya, pero le gusta. Además, le llega cómo es la gente que sigue a este autor, y lo que más le conmueve es su búsqueda de la belleza.


Feminismo


Veo a Escandar Algeet como feminista enamorado de la mujer. Y le hago notar que para mí es más difícil para un hombre ser feminista. Corta en seco, diciendo que todo en este mundo es más difícil para la mujer debido al poder patriarcal, y cuando trato de explicar que me refiero a que es muy difícil que quien ejerce poder como el hombre llegue a implicarse y entender bien esta desigualdad, él hace verdadera poesía que acaba explicando el método, y es una explicación de una sensibilidad tal que sin tener ante mí sus palabras, ahora se me hace imposible repetirlas, vocablos que definen un proceso. Únicamente recuerdo que todo acababa con el substantivo “deconstrucción”. Y pobre de mí, ignorante, sonrío y espeto: “como en la cocina”. Y él, paciente, me devuelve la sonrisa con una cuidadosa condescendencia… Por hoy, en este aspecto, no se puede hacer mucho más por quien esto escribe, a pesar de mi buena intención y mis ganas de crecer.


Poesía joven y Poesía madura


Saco a colación entonces la poesía joven, el amor, la sinceridad, el deseo y el sexo libres y explícitos, esa forma de recitar tan suave, tierna, erótica, que besa y abraza, tan generosa. Y me acuerdo de Noah, de su enorme sensibilidad y erotismo, y como colmo de ello su famoso poema Café. Y sonríe encantado de mi propio encantamiento. Y cito también a Carlos Guerrero, como ejemplo de superación y de juventud madura, de alguien que padeció y sigue sufriendo la consecuencias de un accidente de tráfico desde niño, y, sin embargo, trabaja y escribe y recita superando todas las dificultades en un ejemplo de resiliencia.


Y valiendo tanto estos poetas, no esperan ningún premio en las Jam, salvo uno jocoso que se entrega a su término, y que Carlos Salem, conductor de la sesión y hombre espectáculo, describe diciendo que consiste en una recopilación de poemas, quizá también de dibujos de órganos sexuales, -dicho finamente-, que muchos de los que acuden aportan encestando sus creaciones en una canasta, yendo a parar al interior de un buzón. Estas notas son recogidas semanalmente y regaladas al vencedor en un taper de comida china. Pero ya avisa Salem: ¿Hay que estar contento? Este premio garantiza cuatro meses de mal sexo.




Me gustaría citar y describir a todos los poetas que he visto en estos meses, pero no acabaría nunca. Tan ricos y de tantas aristas son cada uno de ellos.


Diego Skanderbeg, poeta joven, posee una gran ironía. Sumamente crítico, no se casa con nadie, entiende el vanguardismo como la innovación a partir de la métrica clásica, creando nuevas formas a partir de las ya consagradas. Es satírico y valiente y hace pensar.


Otro autor habitual que me maravilla, me sorprende y mentalmente me reestructura, es Rafael Carvajal, poeta maduro, quien con sus versos neoconfesionales relata la locura, el devenir descarnado del ser humano. Habla de la vida y de la muerte desnudas, de la enfermedad, con una visión del hombre y del mundo crítica, filosófica. Nacido en Málaga, es de una inteligencia escrutadora. Crítico certero, conoce con enorme perfección tanto el inglés como el castellano, y ejerce como traductor de poetas y escritores. Sigue los pasos de la Generación Beat. Hizo una gira por los Estados Unidos, recitando en veintisiete de ellos. Entonces, decidió volver a España para cuidar de su tía abuela, Carmen Carvajal, quien finalmente murió a su lado. Todavía lamenta no haber sabido cómo evitarlo, relata el miedo que pasó, mientras pasa nervioso, exhaustivo, las páginas de un libro buscando un poema que desea leer. Estamos en su casa, habitada por un hombre, una perra y un gato. Como fondo escuchamos música Cajun. Carvajal es un gran melómano.


Hay tantos poetas que por Aleatorio recalan, tantas palabras cuelgan de los focos, tantas sonrisas flotan en el aire dormido… Pero, de momento, serán música para otra noche. Persisten en tu fantasía y en tu memoria, ya que lees. En ellas continúa el presente reportaje. Cantos misteriosos, de esperanza y de rabia, risas, placer, aplausos, besos. Héroes del siglo XXI haciendo historia. Juguemos bajo la lluvia de letras a la rayuela, chapoteando sobre un charco de puntos suspensivos...


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lunes, 20 de febrero de 2017

Despertar al alba

Foto: Mayte Menéndez Guil




Luna de amanecer: ¿Por qué al alba, si más claro el cielo se torna, resaltas aún con más fuerza, y tu cara parece sonrojarse?

¿Será porque haces de espejo aún más directo, anunciando el fuerte humor del héroe que es tu esposo, quien, arrojado, casi asoma, triunfante de la noche?

Y sin embargo, ¡Oh! Luna, no siempre te ocultas: ¿Es cierto que cuando llega el Sol, viene tu ocaso?

No. Como ahora, muchas veces permaneces, y dándole la razón como a los necios, tú, Luna lunática, dejas de brillar a los ojos de los hombres.

Falta de presunción. Humildad suma, de quien crea el sentir junto a la noche.

Ante ti acuden a mi mente los versos de sentimientos más puros, verdaderos, deseos e ideales.

Quiero que la importancia de tu rostro en el cuarto en penumbra, sea la de la mujer que amo.

Que seas el espejo en que Amor se mira y animes a todo aquel que ama o se pregunta.

¿Qué hay en tu luz que lo fomenta? Mecenas eres del sentimiento humano.

Y, para no ser menos ni más que en otra aurora, vas mermando tu contraste, palideciendo en un firmamento que se torna, lentamente, azul y claro.

Esta noche de invierno yacía inconsciente, y al alba tú tocaste suavemente en mi oído, para que contemplara a través de los cristales tu rumbo lento, y cómo dulce, condescendiente y sabia, cedes protagonismo sin tragedia.

Si tú, campeona y diosa del sentir, te dignaste a hablar con un mortal, concédeme la conexión, al fin, con lo que siento.

Quiero notar el latido del corazón que mi pecho encierra, que se agite como pajarillo dentro de su jaula o lagartija en suave mano. Pero no, porque me duele: No quiero ser cárcel, motivo de sufrimiento o muerte para el otro.

No me desdigo. Pero es hora de que la insensibilidad de mi piel, acartonada por el exceso de agua, viento o sal vire, como tú, Luna, en paz hacia el silencio.

viernes, 3 de febrero de 2017

Muñecas Rusas


Foto: Mayte Menéndez Guil

                                        



Una luna negra en noche cerrada, transita por el rayo de luz que despide una estrella, que lleva viajando millones de años, a trescientos mil kilómetros por segundo.

¿Y qué son nuestras unidades, que es nuestro rasero?

Qué es el universo, sino una subpartícula dentro de un átomo de una mitocondria de una bacteria que infecta una pulga que parasita un bebé que duerme en el interior de una cuna sobre la hierba del claro de un bosque en el collado de una montaña perteneciente a una cordillera en una región húmeda en el interior de un país perteneciente a una federación de naciones de un continente rodeado por océanos del planeta Tierra del sistema solar cuyo sol es una de los setecientos cuatrillones de estrellas que conforman unos dos billones de galaxias separadas por enormes distancias interestelares de un universo que a su vez es una subpartícula de un átomo de una piedra de cuarzo que reposa en un sendero y que ahora tú recoges y frotas en tu jersey verde mientras entornas los ojos con placer.





sábado, 14 de enero de 2017

Navegando hacia LocuraUtopía




(Foto: Mayte Menéndez Guil)


Abordémonos pacíficamente unos a otros. Amorosamente entrechoquemos las proas, y una eterna fiesta marítima de música de caracolas, silbos de delfín, quejido de gaviota, rugir de león marino y canto de ballena, haga bailar a los peces, danzar a los pulpos bajo la quilla. Las estrellas, a lo lejos, llorarán de dicha infinita. Y así sea.

Sucumbamos, en un naufragio de aguas abrazadoras, calmantes. Seremos tesoro sepultado en el fondo del mar, esperando durante siglos el hallazgo de nuestra clara razón, que llevamos.
            Nuestro mondo esqueleto será signo verdadero, ante una humanidad que no nos ha comprendido y frente a la que nos haremos entender.
            Sólo los verdaderos piratas hablan este lenguaje a-locado en el mundo de los cuerdos. Ellos son los locos. Nosotros hacemos patente la sinrazón de este mundo.

            Pero llegó la hora de poner las cartas sobre la mesa. Únicamente nuestro juego es sincero. Nunca hemos ido de farol. Nos tomamos la vida en serio.

            La fiesta a bordo comenzó. Y nadie sabe bailar como nosotros. La naturalidad hace las delicias de aves y cetáceos, que acuden presurosos.
            Ésta es nuestra hora. El momento ha llegado. Preparados estamos. El dolor nos forjó. Y a pesar del maltrato, seguimos amando. Con fuerza, amor, paz y bondad por fin unidos, destejeremos para volver a tejer. Y la obra, día a día crecerá.
            Vendrán días de viajes a islas paradisíacas, tierras vírgenes y océanos llenos de vida, de manatíes y focas que son sirenas, y esta vez hablaremos con ellas, pues ya no habrá temor, y la vida será agua dulce, vino y alimento del alma. La miel de las colmenas, las algas y las huertas, los árboles frutales, nos acogerán.

Seremos hermanos de todo ser vivo, de todo ser inanimado. Y las noches serán música y hoguera, besos y relatos, bailes y caricias, bajo una bóveda celeste estrellada de ojos, sonriente de luna, dichosa de lago, viviente de río. Y seremos inmortales como el centenario árbol, aún joven, que al caer se hace virutas, polvo, tierra y alimento. Nacer, morir y renacer en la rueda de la vida. Será el vivir, por fin, sin miedo.

            (Palabra del pirata Alf, el desangelado. Quien permaneció cuarenta años en el dique seco calafateándose, y ahora se apresta, como un pelícano, a surcar los mares de este mundo).




viernes, 23 de diciembre de 2016

Desde lo alto del hueco de la escalera, alguien está observando


Locura. ¡Qué miedo produce pronunciar esa palabra! Siempre, todos en nuestras vidas hemos temido alguna vez a ese oscuro ser que se debate, que en nuestra imaginación da vueltas y revueltas sobre sí mismo, y grita desaforado con toda la fuerza de la sinrazón. Es el espejo que refleja nuestro propio absurdo de personajes que nacen para vivir y morir encorbatados, mientras justificamos un mundo de mierda con razones de consecuente piel de pescadilla huera.



El lugar del crimen.

Estamos vacíos, representamos una astracanada o un sainete ligero con un trasfondo trágico, nos mordemos la cola para no reconocer que sólo somos autómatas en un mundo mareado de dar vueltas y no queremos pensar ni aun nombrar el origen y destino propios, sentir ni sentirnos siquiera, porque eso supondría replantearnos nuestras vidas y descubrir el verdadero juego: cómicos de una obra extraña, sin fuste, cuyo marco es un baile de disfraces, llegamos a mitad de un acto, y nos introducen y dan un papel, por el que nos pagan más o menos. Nos preocupa la importancia de nuestro personaje y que nadie nos quite nuestras pertenencias, que guardamos celosamente como perro de hortelano. Y en determinado momento -a cada uno le llega el suyo-, somos expulsados de la sala, desnudos, ya sin máscaras, despojados de nuestros bienes… Y nadie vuelve para contar cómo es el exterior que todos tememos, si se vive en él y cómo. En este drama, la mayoría somos marionetas y algunos manejan los hilos, pero todos trabajamos obedientes, y evitamos reflexionar.

Las sucesivas capas de la cebolla.

Mientras, nuestra aldea se asienta, inestable, liviana, insignificante sobre la superficie de un planeta comparablemente enorme, pero casi imperceptible dentro del sistema solar en que está enmarcado, cuyo sol se pierde en el gigantesco conglomerado de trescientos mil millones de estrellas que componen la Vía Láctea, que a su vez no es sino una minúscula mota en un desierto, comparada con el conjunto de uno a dos billones de galaxias, -ahora se calcula y eleva el número total de estrellas a setecientos cuatrillones-. No olvidemos los agujeros negros, que son vías de comunicación y transporte con otros mundos…

Esta es parte de la materia y energía habituales, pero parece ser que hay también materia y energía oscuras, que multiplicarían lo por nosotros conocido muy significativamente. Todo en el seno de un universo en expansión acelerada. Además, ¡Deben de existir tantos universos paralelos, múltiples dimensiones…!

Y volvamos hacia atrás. Pues sí: partiendo de cada uno de los infinitos universos, las múltiples dimensiones, pasando por el número ingente de galaxias con sus agujeros negros y estrellas, llegamos a nuestra pequeña galaxia, y perdido en su magnitud, nuestro Sol, y dentro, minúscula, La Tierra, los continentes, una península y en algún lugar perdido, nuestra ciudad o nuestra aldea, y luego algo ínfimo: nosotros, representando nuestra obra en un pequeño templete. Y si fuésemos capaces de mirar más allá de nuestras narices, descubriríamos que hay mundos microscópicos, atómicos, subatómicos….

Pero ante el escenario no hay público, siquiera, presenciando nuestra comedia egoica. Y nosotros, de enredo en enredo, vamos sintiéndonos cada vez más viejos, y alguna arruga, alguna cana certifican el paso de un tiempo que perdemos sin que seamos conscientes, pues vegetamos antes de marchar como reses al degolladero: cuando lanzamos el postrer quejido, ya es tarde. No hay remedio ni vuelta atrás…

Maneras de mirar.

Por eso, cuando en nuestra visión de autómata aparece alguien de cabellos largos y desordenados que grita a la luna hasta rasgar su garganta y se debate en giros y giros desorientados como monje derviche, su danza nos describe el absurdo de nuestras pobres vidas. Nuestra mezquindad al agarrarnos a la cartera, como si ese acto pudiera librarnos del naufragio, cuando lo sensato sería sumergirnos en las frías profundidades de unas aguas en el fondo acogedoras, reconfortadoras tras el ahogo inicial previo a la muerte.
Pero esta muerte es vida, porque, como decía Valle Inclán en Luces de Bohemia, el esperpento consiste en observar la realidad reflejada en los espejos deformantes del Callejón del Gato, y esta visión grotesca nos hace percibir la verdad de nuestras vidas, de ahí la Literatura del Absurdo -Ionesco-, o la Ciencia Ficción, que son otros ejemplos, y en general el arte, cuyas novedosas, revolucionarias corrientes, abriéndose una tras otra como muñecas rusas dan cuenta del mundo con virginal mirada, con ojos de niño o de viejo sabio. Y al contemplar estas obras rompedoras, surge un insight, la revelación, y de similar manera, con tan eficaz método trabaja la visión del loco en nuestras vidas.

Hallazgo del lado más amable.

Yo también he sido diagnosticado, y como ser humano estoy marcado socialmente. Pero si ahora, a la vuelta de los años, después de padecer un sufrimiento atroz, y encierro, me dieran a elegir, a mis cincuenta y cinco años, perdida la adolescencia, la juventud y la primera madurez en revueltas mentales de molinillo y dolor inefable del alma, si tuviera que escoger entre un devenir neciamente feliz y triunfante y mi actual paz consciente, en camino hacia la sabiduría, sin dudarlo abrazaría de nuevo la locura, pues el inmenso dolor y los fracasos me han hecho mucho más humano, acogedor.

Sí, ahora soy un acunador de almas, y en mi regazo sueñan los seres queridos, cercanos, el sueño de mi serenidad, y soy capaz de expresar un amor y amarte en paisajes mucho más bellos, nutrientes, ignotos, pues mi viaje ha sido largo, y en mi mochila porto canciones, relatos de mundos lejanos. Te aseguro que conmigo, ahora, jamás sorprenderás en tu boca el bostezo, ya que mi sola sonrisa y las palabras que pronuncie en tu oído, alfombra mágica son, y dragones y caballeros andantes, y espesuras y páramos de horror, bravíos mares, islas misteriosas, fondos abisales iré describiendo, desgranando fruta, dándote a probar las nueces de la inteligencia, la almendra que regala paz y prosperidad, la avellana del recogimiento en el hogar, las castañas de manos calientes al amor de la lumbre tras la lluvia y el frío.

Por ello digo que escojo el canto del orate, y no me desdigo. Así que si hoy o mañana u otro día vuestro camino se cruza con el de ese ser de pelo alborotado, garganta rajada por mil puñales, desesperación del verdaderamente afligido... Tened la seguridad de que es un afortunado, pues ha tenido la suerte de ver El Aleph de Borges. En un solo golpe de mirada ha percibido más de lo que en cien existencias nuestros ojos de humanos de vida confortable pueden registrar. Lejos de ser un desgraciado bien sería un elegido. Tarde o temprano a todos nos llega el momento de rendir cuentas y ser conscientes de la locura de este mundo. Ya estamos avisados.

Como dice Guillermo Borja en su libro La locura lo cura: “Lo que más atemoriza al ser humano es caer en una crisis, porque pone de manifiesto todo lo que está irresuelto: la dependencia, la necesidad, la carencia… No se puede resolver nada profundo si no es a través de una crisis, pues ella misma posee los elementos de la curación.”

Tira la primera piedra. La última máscara.

Si al salir de casa, mientras tu cabeza repasa las cuentas del mes, caminas hacia tu bólido andando altanero por si te miran los vecinos, y al llegar al lugar donde está aparcado, no hay rastro de él. Si empieza a llover lentamente, temes por tu traje, un relámpago incendia el cielo de repente y casi a la par de un trueno mortal comienza un chaparrón de oleaje rompiente. No hallas donde refugiarte, descubres tu pantalón enganchado en los alambres de un guardabarros, y por más que lo intentas no logras liberar la pernera. Un ciclomotor golpea tu cadera y caes al duro asfalto empapado de agua y grasa. Si no encuentras mejor modo de salir de este entuerto que quitarte el pantalón… Si aun así crees estar de suerte: dos tipos con paraguas se acercan. Ante la cortina de lluvia, les gritas, pides ayuda, cuando percibes al poco una navaja en tu garganta, y claro, a regañadientes has de soltar la cartera, la chaqueta y los zapatos. No conformes, con la hoja cortan la ropa que conservas puesta, la hacen jirones, momento en que recuerdas que estás cerca de tu casa y gritas con desafuero a quien te escuche, a la luna, incluso, que ya estará saliendo. Al alzar la vista ves reflejado en un escaparate la figura del loco que esta mañana te impresionó. Levantas los brazos de miedo ante tan amenazadora imagen: casi desnudo, se debate bajo la lluvia. Tratas de correr, pero entonces te percatas de algo sorprendente: el loco, el indigente desnudo que grita desaforado bajo la lluvia… Eres tú. Tú eres ese ser que tanto temías, que tanto horror produce… Y una loca sospecha, quizá el comienzo de algo extraño se instala en ti: no van a reconocerte ni la portera ni los vecinos ni tu familia. Quizá habrías de ir buscando un albergue donde pasar la noche. Pero por amor del cielo: lo intentarás, tratarás de convencer a todos tus seres cercanos de que ese loco, ese indigente que les habla, eres tú.

Es cuando brota de tu interior una voz ¿Será la de John Donne?: “No preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti”.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Aguirre versus Carmena, y más...

DEL INTENTO DE ESPERANZA AGUIRRE DE ELIMINAR A MANUELA CARMENA, Y DE SUS MÓVILES.
[Los sucesos diarios suelen obedecer a razones profundas y arraigadas; a veces se deben a conflictos estructurales o irreconciliables. Así, la histriónica reciente pataleta de la condesa consorte y expresidenta de la Comunidad de Madrid, puede ser la punta de una enorme roca de hielo que se funde bajo el fuego cruzado de dos formaciones; en ella, la ambición política y los intereses personales se dejan traslucir].
Hace muy pocas jornadas, Esperanza Aguirre, Portavoz del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Madrid,  se ha revuelto con energía exacerbada a raíz de la limitación del tráfico de la Gran Vía, de la Calle Atocha y de la Calle Mayor madrileñas, en aplicación de un decreto municipal. La portavoz, haciendo un gran despliegue y citando a algunos comerciantes, dueños de hoteles y hostales y de alguna empresa de autobuses de turistas, arremetió contra los responsables de esta medida, a la que calificó de “inconcebible, esperpéntica, vergonzosa, indigna y además cutre”. Anunció que la llevará “seguro” a los tribunales, que se trata de una “cuestión ideológica: enfrentar a las personas con los coches y pisotear los derechos de comerciantes, vecinos y hosteleros”. “Es un decreto esperpéntico y dañino” cuya intención es “destrozar las navidades”, y que llena de “indignidad” -sic, quizá para no decir indignación-: “los derechos, los tienen las personas para usar el coche para lo que sea…”
El Gobierno Municipal aclaraba que podrán circular autobuses públicos, vehículos de residentes, titulares de plazas de aparcamiento, taxis, motos, ciclomotores, bicicletas, autobuses de turistas Madrid City Tour, unidades móviles audiovisuales, turismos cero emisiones, quienes accedan a hoteles y porten maletas y bultos pesados, vehículos de servicio público, y los que a criterio de los agentes tengan un interés general o urgencia inaplazable.
El Gerente de la EMT, Álvaro Fernández Heredia, dijo que hay que evitar la alarma social, que se reforzará el servicio de autobuses urbanos desde el primer día; y de momento, se emplearán tantos vehículos como en las obras de la Línea 1 de Metro. Se reunirán la EMT y el Consorcio Regional de Transportes, para decidir la magnitud del operativo, que ha de ser “en función de la demanda”.
Según el Decreto, los cortes -del 2 al 11 de diciembre, el fin de semana del 16 al 18, y del 23 hasta el 8 de enero-, son antesala de un plan de restricción del tráfico en la zona centro para enero de 2018, es decir, dentro de poco más de un año. La medida “pone de relieve la importancia de esta avenida emblemática” y tiene como finalidad “ganar espacio para los peatones”, y prueba “el nuevo concepto de Gran Vía”, otorgando importancia a las calles peatonales. La red de Metro incrementará en un 50% su servicio, y en algunas líneas un 100%.
Si bien no se trata de un proyecto usual, tampoco es insólito: El exalcalde Alberto Ruiz Gallardón, en enero de 2004, ya introdujo una medida similar, cortando el tráfico de dicha vía durante cinco domingos. Siendo del mismo partido de Aguirre, no tendría sentido gritar tan alto, mas razones personales lo explicarían parcialmente:
    Después de una lucha encarnizada en las elecciones municipales de mayo del pasado año, en las que Esperanza Aguirre atacó a Carmena y a Ahora Madrid, su formación, y con ellos a Podemos, calificándoles de comunistas bolivarianos, llegó a lo que luego lamentaba la actual alcaldesa: no era necesario llegar a la calumnia, “pues tiene un efecto boomerang”, y es que durante y después de los comicios, dedicó la líder del PP mucho esfuerzo a atacar personalmente a su rival: Que Carmena había obtenido el puesto de jueza por el cuarto turno, es decir, sin oposición, de lo que hubo de disculparse, también personalmente, mediante conversación telefónica, alegando recoger una noticia errónea de hacía veinte años; también aireó el asunto que afectaba al marido de M. Carmena, por entonces en vía judicial, y acusó públicamente a la pareja de alzamiento de bienes, asunto que más tarde fue sobreseído. Al acabar las elecciones, intentó formar un frente común entre PP, Ciudadanos y PSOE que cerrara el camino al gobierno de Ahora Madrid, por no estar, dijo, “en nuestro sistema democrático”. En julio pasado, la portavoz del PP en el Ayuntamiento acusó a la alcaldesa de “adoctrinar niños”, “narcotizar a la población con propaganda sectaria”, y aplicar un “programa de gobernanza de Lavapiés” que “sigue el modelo bolivariano de los soviets”.
    En parte, todo este comportamiento podría ser explicado como una “pataleta”, como así calificó Carmena su cerrazón al no aceptar los hechos consumados. Bien es verdad que el PP fue la lista más votada en Madrid, aunque por poco, pero lo cierto es que perdió la mayoría absoluta de que gozaba y con ello fue desbancado del gobierno municipal que desempeñó durante casi un cuarto de siglo.
El anuncio, tras despertar del sueño del poder, de que iba a ejercer una oposición constante y muy activa, fiscalizando en todo momento al gobierno municipal, da idea de su firmeza y su convencimiento de que es la política a seguir; de ello da cuenta su trayectoria.
Otra cuestión es si le mueven circunstancias personales: La localización de su domicilio muy cerca de Gran Vía, camino casi obligado para dirigirse a él, por lo que la disminución actual de carriles de circulación a dos, y la reducción de la velocidad a 30 Km/h, entorpecería unos desplazamientos en su propio automóvil, reclamando “los derechos que tienen las personas para usar el coche para lo que sea…”. Si a esto se añade que el proyecto contempla la peatonalización de la Vía dentro de poco más de un año, aclara muchas cosas.


Pero no sólo se mueven dos personas en el cuadrilátero: Los gallitos del corral, los partidos, están enfrentados desde hace mucho tiempo. Se trata de una guerra de base ideológica, que se manifiesta en una lucha por el poder áspera, dura y actualmente irreconciliable, que se manifiesta en todos los ámbitos, y el municipal no iba a ser para menos.
Actualmente, el gobierno municipal de Ahora Madrid ha abierto una comisión de investigación de irregularidades en la gestión de los negocios públicos de los anteriores gobiernos de Alberto Ruiz-Gallardón y de Ana Botella, estudiando todo lo relacionado con la sociedad que construyó, mantiene y explota la Calle 30, obra que endeudó Madrid. Cuando en 2015 la izquierda llegó al gobierno, la deuda ascendía a unos seis mil millones de euros, un billón de las antiguas pesetas. Aun siendo la empresa mixta, -pública y privada-, la deuda fue subrogada al ayuntamiento, borrando sus números rojos. Del pago de impuestos, tasas… se ocupaba sólo el Municipio. Se estudian posibles irregularidades en la gestión de Mercamadrid, el estadio de tenis Caja Mágica, o el gran Palacio de Cibeles, que adquirió Gallardón como sede del Consistorio.
El Ministerio de Fomento del Gobierno de Mariano Rajoy, recurrió el veto que había acordado Ahora Madrid al macro proyecto urbanístico Operación Chamartín, y su Ministro Montoro, de Hacienda, intenta echar abajo los Presupuestos Municipales, aplicando a rajatabla las leyes de sostenibilidad financiera. A pesar de que las cuentas del ayuntamiento tienen superávit, Carmena va a aumentar en 124 millones el gasto social en 2017, se ha reducido la deuda contraída por anteriores gobiernos a un ritmo no previsto por sus predecesores -a final de año se adelantará el pago de 344 millones de euros, y en un año y medio se habrá rebajado en 1793 millones-, Montoro, insiste en que el gasto no puede aumentar actualmente más de un 1,8 %.
Así, sobre el ring siguen golpeándose los contrincantes: Se investiga la relación de los anteriores gobiernos con la mafiosa Trama Púnica, la adjudicación de 32 millones a empresas de esa trama; el Ministerio de Hacienda no va a aprobar el Plan Económico Financiero del Ayuntamiento…
Mientras, miles de afectados por la venta irregular de pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda, que llevó a cabo el gobierno del PP anterior, se disponen a pasar un invierno de penalidades bajo amenaza de desahucio, con la congoja de que las casas donde se alojan fueron mal vendidas a fondos buitre sin las garantías legales correspondientes. Pero es un mal menor: Muchos compañeros ya fueron lanzados de sus domicilios a la calle.
Sólo queda apretujarnos unos contra otros, a ver si a mí o a ti no nos llega el día… ¿O no…?

jueves, 24 de noviembre de 2016

A casi dos semanas de tu marcha

[Texto que precede en el tiempo al anterior]

¿Por qué tiene que pudrirse el cuerpo de una madre?
¿Por qué ha de descomponerse un cuerpo tan querido, que fue mi primera morada, que albergó el vientre donde fui creado, concebido, donde me convertí en un ser humano, en cuyo líquido amniótico fui tan feliz y disfruté de tanta paz que no recuerdo siquiera, cuyas atrayentes reminiscencias me retrotraen a un paraíso perdido del que recién nacido fui expulsado a este puñetero mundo de niños caprichosos que sólo quieren ganar y demostrar que son mejores que el resto…?
Y ahora, madre, ahora que ya no estás conmigo, una soga ardiente aprieta mi garganta y me conduce a tan mal trago que brotan las lágrimas y mi llanto se ahoga en un dolor, en una pena y en definitiva en un suspiro que no rearma sino rompe, que me destroza lentamente cuando siento cómo tu querida carne, la carne de mi carne y de la de mis hermanos, la sangre que nos alimentó y animó, acrecentó nuestros organismos, nos moldeó como obra tuya, se consumen en la pavorosa oscuridad de una tumba fría y húmeda como la piedra cuando llueve…
Y yo no puedo consentirlo. No puedo aceptar que aquellas manos que acariciaron mi cabecita de niño cuando me consolabas, en este momento se hallen yertas, heladas, sin la vida que me diste, sin tu sonrisa, tu palabra, tu voz de niña, que lo eran todo para mí en aquel tiempo, y aún hoy eres tan grande…
Y en esta tarde triste, cuando ya hace once días que te marchaste sin casi hacer ruido, te escribo a ti, madre, a ti que aquel día fatídico pedías que te arreglaran, que te dejasen guapa, quizá porque presentiste que todo se precipitaba, e ibas a ser expuesta durante veinticuatro horas a un público que acudiría a tu última actuación, tú que siempre fuiste tan coqueta…
La verdad es que te dejaron muy bella, parecía que te hubieran restado veinte años, y estabas tan bonita, tan digna, con tu melenita, elegante y ligera, distraídamente despeinada....
Y Juan Manuel y yo te besamos como si no hubieras muerto, con enorme amor y delicadeza, como si fueras la Blancanieves de tu cuento, de tantos cuentos con que lograbas que nosotros, tus tres hijos, comiéramos cuando éramos aún tiernos, pequeños. Cuentos que jalonaron nuestra infancia, leídos, relatados por ti, por nosotros, por los abuelos y por todo aquel que quiso acariciar nuestro atentos oídos con la sesión continua que hoy nos hace a los tres sentirnos unidos, hermanados en un patio de butacas, en que asistimos a la proyección de una película de la que has sido en muchos momentos protagonista muy principal.
Por todo ello, y porque no cabe en mí el sentir, y quedan cortas todas las palabras, es por lo que ahora busco un alternativo hasta pronto, un nuevo hasta luego que me permita seguir viviendo, soportando tu pérdida, tu vuelo hacia lo infinito.
Debería estar contento mas ¡Qué triste, qué doloroso es que llueva estas jornadas!, porque sé que tú y mi hermano pequeño estaréis mojándoos boca arriba… y yo, empático, mojo mi rostro inquieto con lágrimas que brotan del manantial de unos ojos cansados de haber visto demasiado, de haber contemplado tanto pesar como el que mis cuencas vacías captaron a lo largo de los años.
No. No me tocó precisamente la lotería, y sin embargo ésta y otras amarguras ornamentan de vida mi paso por la madre tierra por todos ultrajada. Una tierra nutricia y acogedora a la que -aun enredándose mi voz como yedra en antiguos, carcomidos muros-, te entregaste sosegada en aquella mañana de otoño que desde entonces es comienzo y es final, y quejido y nostalgia de la feliz primavera en que, con ojos como copas de árboles, vi tu cara sonriente por primera vez. Por fin, puedo asegurar que aquélla y tú ya sois la misma. Con ello, mi ardiente deseo se ha cumplido, y puedo relajarme en pos de un descanso que sólo tu paz puede otorgarme.